Descripción de los arquitectos. El Centro Infantil sustituye a una instalación existente en Mount Hood Community College. La universidad carecía de fondos para el proyecto, pero aprovechó una relación existente con Headstart y varios donantes privados para financiar el nuevo centro de educación infantil.
Durante las sesiones de diseño, la universidad quería crear un entorno que permitiera una perfecta transición entre el aprendizaje y el juego interior y exterior. Conceptos identificados por Richard Louv en su libro Last Child in the Woods, ayudaron a impulsar el diseño, que promueve una fuerte conexión con la naturaleza.
Ubicado en un antiguo aparcamiento, pero rodeado de abetos maduros, ambientes naturales y artificiales forman una red de acoplamiento de campos de juego, sistemas ecológicos, jardines y zonas de juegos interiores. Los niños disfrutan de amplias oportunidades para la exploración, la creatividad, la libertad de pensamiento y la interacción; se pueden "ensuciar" al jugar en el arenero con una bomba manual de agua o con patos flotando en la zona húmeda de juego.
Concebido como un pueblo de pequeñas comunidades de juego y aprendizaje, el centro se asemeja a un grupo de casas. Techos bajos responden a la escala de los niños. Claraboyas impregnan los espacios de juego y aprendizaje con luz natural, mientras que mantienen un volumen bajo. La transparencia interna y externa asegura la supervisión mientras conecta a los niños a su entorno y cada salón de clases a la comunidad en general.
Inspirados en los patrones de la luz natural, el clima y las estaciones del año, los espacios de juego y aprendizaje tienen diferentes grados e invitan a la reflexión poética, el juego alegre, y la relajación. En los espacios de juego, paredes profundas ofrecen nichos para las ventanas y bancos que los niños pueden reclamar para sí mismos, y proporcionan abundante almacenamiento accesible en cada habitación. Ventanas que se abren, iluminación natural, paneles solares, una envolvente de alta eficiencia, y tratamiento abierto de aguas pluviales refuerzan las conexiones con la naturaleza, con una instalación saludable y eficiente en la utilización de recursos.
Con un presupuesto ajustado, la universidad se basó en conexiones locales para alcanzar sus metas para el centro. Grandes cantidades de madera sin utilizar en el sótano de la universidad fueron barnizadas e instaladas como cielos acústicos de madera en los pasillos. Bancos incorporados y cubículos de madera fueron fabricados por estudiantes de secundaria locales y donados al costo del material. Las texturas y muebles de madera contribuyen a la cálida atmósfera hogareña del centro.
Operado por HeadStart, el proyecto ofrece espacios de juego y aprendizaje para 24 niños pequeños y hasta 140 niños entre tres y cinco años. El centro también incluye aulas de educación infantil para estudiantes MHCC y una cocina de producción, que prepara y entrega comidas a 8 guarderías infantiles locales.
